viernes, 9 de noviembre de 2012

INCOMPRENDIDO


 


 
 
Hace algunos años (muchos, en realidad) conocí a una persona muy especial, de la cual pude aprender maravillosas lecciones y parte de quien soy se lo debo a ella,  llevaba “tatuado” en la frente la palabra incomprendido, yo afirmo que fue un maravilloso incomprendido…

Siempre me dijo que con el pasar del tiempo, a medida que creciera como persona, descubriría que para ser yo misma todo o casi todo lo de alrededor (personas, circunstancias, trabajo…) me lo  pondrían muy difícil, pues el precio de ser uno mismo y mantener tu esencia inalterada  es muy alto. Hoy más que nunca me acuerdo de esas palabras, recuerdo como me las decía, con su gesto exagerado, con sus manos dando aspavientos en el aire, y con los ojos fijos en mi como si pretendiera con ello advertirme cuanto antes de lo complicado que iba a ser caminar por un destino   llevando por bandera la  rebeldía, el inconformismo, la, en ocasiones, indisciplina y en cierta manera la indomabilidad de espíritu  frente al “adiestramiento” que suponía este mundo. Sí, estaba en lo cierto, me encontraba en la lanzadera de salida para convertirme en un incomprendido.

Pero todo entonces era más fácil, ya que con quince o dieciséis años, ser un “incomprendido” casi es de obligada condición, ya sabéis, las hormonas, el afianzamiento de la personalidad,… pero cuando ya estas en edad adulta.. Como que la cosa cambia, y pasas de ser un incomprendido (o mejor dicho “a que no te sientas entendido o comprendido por nadie”) a ser un “raro”, entre otros calificativos.

Kurt Cobain dijo “Se ríen de mi porque soy diferente, yo me río de ellos porque son todos iguales”, es verdad, Kurt fue un incomprendido y la incomprensión pudo con él suicidándose a la edad de 27 años; fue, lamentablemente, uno de los que se encuentran dentro de la lista del “Club de los 27”.

Quizá, ese espíritu de rebeldía e inconformismo tiene tanto poder invisible que  asusta y aquellos que un día decidieron deshacerse de él, en su afán de supuesta “mejora”, intentan apartarle, en vez de permitir que siga brotando en aquellos que todavía continúan aferrándose a él.

Detrás de esos “incomprendidos” hay mentes maravillosas provistas de una sensibilidad inaudita (y muy sufrida)  capaces de raspar y encontrar oro donde otros solo vieron una piedra.

Sí, hoy sé que el espíritu de ese incomprendido sigue vivo en mi, y a pesar de que a veces el mundo intente enturbiar mi esencia, intentando añadir mil y un colorantes, conservantes, acidulantes y demás aditivos,  seguiré llevando por bandera aquello que un día me coloco en la lanzadera de este destino que elegí.






( IN MEMORIAM : ESTO VA POR TI.... ALLÁ DONDE ESTÉS)
 
 
 

 

 

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