A pocas horas que el 2012 nos diga adiós, mientras toda la
gente se dedica a preparar la cena para recibir a familiares, amigos y demás congéneres
de carácter sanguíneo o no, mientras se ultiman los preparativos de los locales
donde se celebraran fiestas amenizadas por alcohol y música (utensilios
indispensables para amenizar cualquier velada) y jóvenes y no tan jóvenes sacan
de sus armarios el outfit mas cool para recibir el año, yo, a pocas horas de
que el 2012 diga adiós, me apetece dar las gracias.
Desde pequeño me enseñaron a ser agradecido, “es de bien
nacido, ser agradecido”, (en fin, vamos, ¿que eres mal nacido como no se te ocurra dar
las gracias?.... este refranero que tenemos, a veces, pocas, se pasa un rato…),
luego quiero, me sale, se escapa… dar las gracias.
GRACIAS:
A aquellos que continuáis a mi lado, pase lo pase, surja lo
que surja, por aguantar mis crisis temperamentales propias de fiera enjaulada,
por intentar entenderme, a pesar que sé, que es difícil, también sé, que no cejáis
en el empeño, que confiáis en mi y que os habéis esforzado porque no pierda la
sonrisa, que habéis apoyado mis proyectos, que me habéis dicho la verdad aunque
me duela, por las risas, los “vermouth”, las discusiones, las reconciliaciones,
las llamadas de teléfono, por alargar los buenos momentos… gracias por ser “mis incondicionales”, gracias por
ser mis amigos.
A los que habéis llegado
nuevos a mi camino durante este año, espero que os quedéis mucho tiempo porque
estoy seguro que tenemos que hacer muchas cosas juntos… no me olvido de
aquellos que comparten conmigo la ilusión por escribir y el amor por las
letras, unos ya embarcados en proyectos literarios y otros que estamos en ello,
gracias por el animo y los consejos.
A ese grupo de mujeres, dignas de escribirlas una novela, y
con quien comparto el amor que sentimos por nuestros hijos, gracias por las
conversaciones, por los cafés, y los “copazos”, por las risas, por los consejos,
y los marujeos. Sois geniales todas.
A mi familia, que me
hace tener sentimientos encontrados, a veces os adoro y a veces…bueno, es solo
a veces, sé que no podría vivir sin vosotros a pesar todo, gracias por
inculcarme valores como la lealtad, la voluntad y el amor al trabajo y haberme
dado como herencia anticipada, el carácter, la fuerza y la esencia.
A mi hermana, gracias porque cada vez sean menos “nuestras”
discusiones y más las risas y el apoyo. Nena, hemos madurado.
A “ese señor que vive conmigo”, gracias por levantarme
cuando no he podido, por apoyarme en todo, hasta en lo imposible, por demostrar
sin condiciones, por confiar en mi cuando a veces no me lo he merecido, por
seguir a mi lado a pesar de todo….
A mi hija, gracias siempre. Y gracias por cada uno de los días que estas en
mi vida por tu sonrisa y tus abrazos, por tus te quiero…gracias por ser y por
lo que serás.
A los que os fuisteis y el destino no os ha dejado volver, porque continuáis aquí
aunque no esteis y os siento constantemente.
Por supuesto, tampoco quiero olvidarme de aquellos que me
fallaron, me traicionaron, pretendieron hundirme, que criticaron, que juzgaron
gratuitamente, que se fueron cuando más
los necesitaba, que se aprovecharon..…gracias, porque descubrí quien estaba de
verdad y quien no, me enseñasteis que es lo que quiero y lo que no quiero en mi
vida, gracias a vosotros hoy valoro más lo que tengo y a quien tengo, hoy soy
más fuerte y hoy tengo más ganas que nunca.
A todos, gracias.
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